En julio de 2019 desde la RedCSur lanzamos la campaña internacionlista Colombia, ¿Cuáles son los silencios de la democracia? que contempla un llamado a hacer pieza gráficas en solidaridad con el proceso de Paz en Colombia. En ese marco, convocamos a dos Círculos de la palabra para escuchar a líderes y lideresas sociales desde distintos lugares del territorio colombiano. En el primer círculo, que tuvo lugar el 8 de agosto de 2019 participaron Henry Ramírez Soler, Carlos Satizábal, Viviana Pinzón Rodríguez, Mónica Álvarez, Fabio López de la Roche, Hector Marino Carabalí Charrupi, Luz Marina Arteaga. El segundo círculo, que presentamos a continuación, se realizó el 5 de septiembre de 2019. Ambas experiencias constituyeron una herramienta para abrir conversaciones situadas con personas que viven cotidianamente en el territorio los efectos de la guerra irregular que tiene lugar en Colombia, y que nos permitieron escuchar y pensar en conjunto las formas y la necesidad de esta campaña en el presente.
Entre un círculo de la palabra y otro, a fines de agosto, se hizo público un video en el que Iván Márquez, el ex número dos de las FARC e importante negociador en los acuerdos de Paz de la Habana, sacara un comunicado público en el que anunciaba una nueva etapa de lucha armada con otros ex líderes de la guerrilla, ante lo que consideran el incumplimiento de los tratados de paz de 2016 y exigiendo el llamado a una asamblea constituyente. El comunicado generó distintos efectos en el plano político, el partido de las FARC se desmarcó públicamente del grupo defendiendo los acuerdos de La Habana; el presidente Ivan Duque, respondió acusándolos de terroristas, narcotraficantes, aliados de Venezuela, pidiendo su expulsión de la justicia transicional y ofreciendo una alta recompensa por su captura; Álvaro Uribe, por su lado propuso quitar el Acuerdo de Paz de la Constitución. Estos hechos encienden una fuerte preocupación sobre los efectos para una guerra interna que no ha cesado, que ha sido funcional a la derecha colombiana en el poder en las últimas décadas, un contexto de para-política, de asesinatos y desapariciones forzadas de líderes y lideresas sociales, de luchadorxs por los derechos humanos, ex combatientes, y personas anónimas en Colombia.
Resulta urgente exigir a las autoridades y al gobierno colombiano responsabilidad con los discursos públicos con relación a los Acuerdos de Paz y defender la paz como un bien común. Líderes y lideresas sociales no son dirigentes de un territorio sino actores políticos de una sociedad, la violencia contra ellxs no sólo afectan a lo local sino que obligan a concebir los lugares de enunciación y acción de un modo completamente diferente de lo nacional, en un país fuertemente atravesado por el racismo y el clasismo.
No se trata no solo de los asesinatos y desapariciones, sino de defender y fortalecer la trama comunitaria de quienes siguen vivos, y que muchas veces viven amenazados y sufren rupturas profundas en su historia de vida. Lo que pasa hoy en Colombia no es nuevo, sino que se conecta con una larga historia de violencias que tienen que ver con la disputa por la tierra, la persistencia colonial y la presión de capitales extractivistas a los que no se les ha pasado la página.
Las amenazas continúan. Héctor Marino Carabalí, que participó del primer círculo e la palabra, es Representante legal del Consejo Comunitario Cuenca RioTimba Marilopez, Representante del Consejo de dirección permanente en el marco del punto 4 del Acuerdo de Paz (PNIS), Consultivo departamental de Comunidades Negras del departamento del Cauca, Integrante de la Comisión Política de La Coccam, Representante legal de la Asociación de Victimas Renacer Siglo XXI de Buenos Aires-Cauca, Vocero Nacional de CENPAZ y Vocero nacional de Conafro. El 15 de enero de 2020 a través de un comunicado, recibió junto a otros líderes y organizaciones, amenazas de muerte del grupo paramilitar Águilas Negras.
Hay antecedentes del hostigamiento hacia Héctor, quien salió Buenos Aires – Cauca, su pueblo, en junio del 2018 a causa de la desaparición, y luego, asesinato de Ibes Trujillo Contreras, miembro activo de los mismos procesos de los cuales él hace parte y quien fue su primo y maestro en Derechos Humanos. Héctor se vió forzado a salir del territorio, cuando lo amenazaron manifestando que él iba a ser el siguiente. A partir de entonces y por seguridad se ha estado moviendo por varios lugares para salvaguardar su vida, pero sin dejar de acompañar procesos territoriales.
Más tarde, en marzo de 2019, en el Corrregimiento Timba, Cauca Municipio de Buenos Aires, se frustró un atentado en su contra cuando asistía al funeral de un cuñado. Gracias a la oportuna reacción de sus familiares, quienes lograron resguardarlo, no le pasó nada. Posteriormente llamaron la Policia y detuvieron a un sujeto que había tomado un sin número de fotos a la camioneta que Héctor tenía asignada como parte de su esquema de seguridad. Las acciones de la policía se acotaron a exigir que el sujeto borrara las fotos y lo dejaron ir. Ante esta situación, Héctor solicitó el cambio de vehículo a la UNP (Unidad Nacional de Protección) y hasta el momento no lo han cambiado. Hay testimonios de lideres y familiares del atentado en contra de su vida, en su pueblo, donde no puede regresar por la persecución permanente en su contra.
La amenaza de muerte a Héctor por parte del mismo grupo a comienzos del presente año, no es solo una amenaza personal, sino que afecta todo un trabajo comunitario de los Consejos Territoriales que hoy están en curso. Denunciamos este hecho, repudiamos enérgicamente las amenazas y demandamos condiciones de seguridad para todxs lxs líderxs sociales en Colombia.
A continuación compartimos la transcripción del segundo círculo de la palabra como un modo de difundir y amplificar lo que sucede hoy en Colombia
Participantes:
CIVIPAZ:
Mariela Rodríguez se conecta desde Puerto Esperanza – Meta. Colombia
Henry Ramírez Soler CMF. Se conecta desde New York – USA
Comunidad de paz de San José de Apartadó, se conectan desde San José de Apartadó.
Germán Graciano Posso (Representante legal)
Javier Giraldo Moreno S.J.
Colectivo de Mujeres Trascendiendo de Buenos Aires, Cauca, y Renacer siglo XXI.
Patricia Carabalí Mozorongo, se conecta desde Buenos Aires, Norte del Cauca – Colombia.
Defendamos la Paz (DLP)
Gloria Arias presencial desde Bogotá – Colombia
RedCSur
Javiera Manzi se conecta desde Santiago – Chile
Fernanda Carvajal Se conecta desde Buenos Aires – Argentina
Jimena Andrade Modera desde Bogotá – Colombia.
Jimena Andrade: Damos comienzo, muchas gracias a todas las personas que nos están acompañando, lxs conferencistas que se están conectando desde diferentes partes del mundo, a Gloria Arias que nos está acompañando presencialmente, a William López de la RedCSur, a quienes nos acompañan en el salón y a las personas que nos están acompañando por la transmisión de Facebook Live.
Este Círculo de la palabra es una iniciativa que apoya la campaña gráfica de la RedCsur, de cara a la contingencia actual que encarnamos: Asesinatos, amenazas, desapariciones sistemáticas a Líderxs Sociales, Defensorxs de DDHH y excombatientes. Estos círculos pretenden generar poros comunicantes entre los territorios apartados y ciudades de Colombia y las ciudades del mundo. Antes que nada, quiero presentarles la dinámica del Círculo de la palabra: la primera parte vamos a tener una presentación de cada unx de lxs integrantes, leyendo el breve currículum que cada uno me ha enviado e iniciaremos la conversación en torno a la siguiente pregunta: “Desde su experiencia personal en los territorios, sus propias luchas y su campo de acción ¿Cómo puede definir el país que nadie conoce?. Luego, en una segunda parte, lxs participantes se lanzarán mutuamente una pregunta con base en la lideranza que encarna cada uno en su respectivo territorio.
PRIMERA PARTE: DESDE SU EXPERIENCIA EN LOS TERRITORIOS, SUS PROPIAS LUCHAS Y CAMPO DE ACCIÓN ¿CÓMO PUEDEN DEFINIR EL PAÍS QUE NADIE CONOCE?
Comunidad de Paz de San José de Apartadó (CDP)
Javier Giraldo Moreno: Voy a iniciar y después Germán sigue… yo creo que el país que la mayoría conoce es un país que se muestra ante el mundo como un país democrático, participativo, en Estado de Derecho, con estructuras jurídicas defensoras de DDHH; así se vende al exterior este país; sin embargo quienes viven o participamos en eventos de la periferia, lo vemos muy distinto.
En este país que se presenta como un Estado de Derecho, nosotrxs decimos que las estructuras jurídicas no funcionan o que lo hacen en función de una pequeña minoría que es poderosa, que está muy relacionada con las grandes empresas, pero donde la inmensa mayoría de la población, muchísimos millones, vive realmente en la marginalidad, no puede participar en las decisiones y más bien es una población victimizada. Desde la comunidad de Paz de San José de Apartadó (CDP), esta victimización se ha sentido de manera terrible en los 22 años de su existencia; una comunidad que ha sufrido más de 300 ejecuciones extrajudiciales, que ha sido víctima de campañas mediáticas de estigmatización, en la que muchos de sus miembros han sido desplazados y judicializados, muchxs torturadxs y muchísimxs amenazadxs, sobre todo sus líderxs han sido permanentemente amenazadxs, es una comunidad que ha vivido escenas de horror, como la que se vivió en el año de 2005, en el mes de febrero, cuando muchos de sus miembros fueron masacrados, descuartizados, incluyendo a varios niños, incluso un niño de 15 meses; sin embargo, todo esto ante la justicia no ha tenido mucha audiencia, durante muchos años innumerables crímenes han pasado en la absoluta impunidad.
Es una comunidad que al mismo tiempo se ha definido como una comunidad en resistencia y la resistencia lleva muchas veces a negar ese Estado; un Estado que se presenta como un Estado Democrático que no lo es; por ejemplo, la CDP hizo una ruptura con la justicia, en este momento, en la última semana se dio un asesinato, no de un miembro de la comunidad, sino de una persona de una familia muy cercana, sin embargo están identificados los asesinos, que hacen parte de una red enorme de paramilitares que dominan la región, no obstante la justicia no hace nada, los asesinos se pasean por el territorio tranquilamente, sobre todo el modelo de persecución a estas personas, revela el dominio territorial que está teniendo el paramilitarismo en la región. Es un paramilitarismo que quiere controlar la economía, el destino del territorio, e incluso le prohíbe a la gente sembrar alimentos y señala que tienen que potrerizar [1] todo el territorio, cobrándoles impuestos a los que no se someten a sus directrices; es un paramilitarismo que ha dominado muchísimos años (y sigue dominando) con la tolerancia y más que tolerancia, con el apoyo directo de la mayor parte de las instituciones del país, después del Acuerdo de Paz, tal vez, tiene un dominio más absoluto del territorio.
Este es el país que no se conoce, es un país que nadie ni siquiera se lo imagina, porque la propaganda de los grandes medios de comunicación nos dibujan otro tipo de país. Yo le paso la palabra a Germán para que comente lo que se ha vivido desde la CDP
Germán Graciano Posso: Gracias Padre, y gracias en nombre de la CDP, quería mencionar que la estrategia de modelo económico impuesto para el país, específicamente para la región de Urabá, que cada vez nosotras las comunidades, las víctimas, vivimos esa incertidumbre de no poder tener acceso a la verdad, a una justicia realmente verdadera, porque cada vez lo que tenemos en este país, son realmente las políticas a favor de los ricos, de los empresarios, de las multinacionales, y por eso para nosotrxs, las víctimas de las comunidades campesinas, indígenas, afro, que cada vez es mucho más preocupante con esta estrategia que arropa el país, que realmente, como decía el Padre, es el país que no se conoce, porque lo que se conoce es otra realidad, y por eso, todo lo que nosotros estamos viviendo en la CDP, que cada vez nos aleja de esa historia, de esa memoria que hemos venido construyendo, de realmente una defensa de la vida, el derecho a la tierra, el derecho a querer vivir en paz, y que cada vez se vuelve mucho más lejano, porque esta estrategia, esta falta de cumplimiento del gobierno colombiano a apostarle a una paz verdadera, que en Colombia, cada vez se aleja mucho más.
Por eso es tan preocupante… por eso a las víctimas se le cierran las puertas cada vez más para que no se conozca realmente “el país que nadie conoce”. Las víctimas vivimos esperando esa justicia que todos queremos, esa justicia de no repetición que es lo que más cos preocupa cada vez.
Todo lo que está pasando en el país con los asesinatos a diario de líderes, lideresas, defensorxs de DDHH y reclamantes de tierras, que no se investigan, que no se encuentra a los verdaderos responsable, al que paga, al que patrocina, al que es el patrón de todos estos homicidios. Creo que cada vez es mucho más difícil tener acceso a esa verdad que queremos. Porque no queremos realmente en nuestro país un asesinato más de la gente que construye un mundo alternativo y otra vida diferente a la que crean los poderes, los modelos opuestos, la economía, el imperio.
Esto para nosotros cada vez sigue siendo muy importante, que se visibilice el trabajo que hacemos con las comunidades, los defensorxs de DDHH, y que se tenga acceso a la verdad de por qué siguen asesinando líderes y lideresas en Colombia.
Colectivo de Mujeres Trascendiendo de Buenos Aires, Cauca, y Renacer siglo XXI.
Patricia Carabalí Mozorongo: Hola a todos y a todas, muchas gracias por invitarme a participar de tan importante espacio de incidencia como es el Círculo de la palabra.
Yo considero que Colombia es el mejor país, que tiene todos los elementos para ser el mejor vividero para nosotrxs, para los extranjeros, para todo el que llegue. Pero desafortunadamente este país que es tan rico, que tiene una cantidad de cosas importantes, sufre del abandono total del Estado, que se manifiesta por ejemplo desde el Estado de las vías (especialmente en mi municipio), hasta todas las masacres que se han cometido, como por ejemplo, la reciente masacre en contra de la candidata Karina García y sus acompañantes; considero que todo esto hace parte del abandono estatal, de ese abandono tan grande en el que nos tienen a nosotras las comunidades afros e indígenas menos favorecidas de este país, que ocupamos estas zonas por cultura, a veces, o también porque desafortunadamente nos han arrinconado acá, en las montañas, en las partes recónditas donde no llega la señal, donde es súper difícil comunicarse, y todo esto en pleno siglo XXI sigue afectándonos de manera abrupta. Pero además de eso, obviamente la corrupción que se administra a nivel nacional hasta acá, el odio y la venganza con el que se han ensañado algunos de nuestros dirigentes y líderes políticos, también desde las ciudades hasta acá.
Hoy nosotras como mujeres salimos a hacer pedagogía del Acuerdo de Paz, salimos a explicar cada uno de los puntos en esas zonas donde no llegó el Estado; donde no estaba ningún tipo de institución, salimos nosotras, nos metimos porque considerábamos, tal vez de manera egoísta que nosotras parimos esta paz, porque teníamos una Zona Veredal [2], un ETCR [3] y por esto nos considerábamos con mayor derecho para pelear y de alguna manera salir a compartir y hacer pedagogía de paz.
Pero hoy todos esos enemigos de la paz nos están arrebatando esa posibilidad, nos han arrebatado todo ese gran sueño, toda esa fuerza que teníamos. Porque hoy estoy enfrentando, con esa palabra tan horrible que se utiliza en la guerra, siguen desmembrando el Acuerdo de Paz, por todo el odio y la venganza que tienen en contra de este país, en contra de mucha gente que vive en las zonas recónditas, que nos acusan de guerrilleros, que nos acusan de todo, menos de las personas que somos, que nos levantamos todos los días a apostarle a esta paz, que construimos paz desde los territorios, que seguimos soñando con ese gran país en donde quepamos todos en medio de todas las diferencias.
Yo creo que ese es el país que nadie conoce, el país que le apuesta a la guerra, el país que olvida, el país que desampara a sus pueblos, a sus regiones y que las deja a la suerte de quien tenga el poder. Eso es lo que tenemos en este país, carencia de investigación, no se investiga si se siguen asesinando los líderes, siguen amenazándonos, nos toca salir corriendo, irnos de acá, salir a escondernos quizás dos meses, tres meses, porque tampoco contamos con recursos económicos para vivir en las grandes ciudades, para encadenar esos cordones de miseria. Nosotros hoy en Buenos Aires (Cauca) tenemos una cantidad de gente que vive en el Distrito de Agua Blanca, desplazados por la construcción de la Salvajina, y que cada 15 días los traen acá a enterrarlos porque nos los matan allá, porque es gente que ha vivido en el campo, que tiene otras costumbres, otras idiosincrasias, que llegan a las ciudades y se estrellan con toda esta realidad, que existen las fronteras invisibles en donde el vecino roba, que está el tema de consumo de sustancias psicoactivas, que nos violan a las niñas. Todo esto es lo que hoy está acabando con esta sociedad, está acabando con los sueños de muchas personas.
Para nosotros hoy, la salvaguarda de la implementación del Acuerdo de Paz, y la implementación del capítulo étnico, es lo que va a hacer que nosotrxs podamos seguir viviendo en nuestros territorios, que el Estado investigue y el gobierno nacional en cabeza de su Presidente Duque investigue, que no crea que la única opción es militarizar los territorios, que por favor ponga sus ojos en estos territorios, que podamos volver al campo a producir, que la seguridad alimentaria sea el pan de cada día de nuestra gente, que los niños puedan salir. Hoy después de las 6 de la tarde ya no podemos salir, hoy estamos reviviendo toda esa política de guerra que dejaron los paramilitares en nuestros territorios, hoy yo estoy confinada en mi casa, encerrada, porque no puedo salir después de las 6 pm porque estoy amenazada, porque para muchos soy un estorbo, porque le apuesto a la paz, le apuesto y sigo convencida de que el único camino que tenemos es continuar. Hoy yo tengo ese deseo en mi corazón con todas esas ganas y toda esa tristeza que me embarga hoy, pero hasta el último minuto voy a seguir luchando para que esto cambie, no sé hasta cuando, es posible que mañana cambie de opinión, que decida irme, meterme al Distrito, a cualquier otro lugar donde no pueda respirar este aire puro que respiro aquí en mi casa, donde no pueda salir y saludar a los vecinos, donde no me pueda reunir cada ocho días con las mujeres, con los niños, con los jóvenes, con los que les estamos apostando a la paz.
También estamos apostando a disminuir el consumo de sustancias psicoactivas (tenemos un grupo de jóvenes que acaba de formarse), con las víctimas, a quienes les vamos a entregar el 17 de junio nuestra iniciativa de memoria como un monumento en honor a todas esas víctimas que cayeron en nuestro municipio, donde colocamos simbologías tan importantes para nosotros como el Cerro Teta, que es un cerro emblemático para nosotros como comunidad afro, pero también indígena (los indígenas dicen que para ellos se llama Catalina, porque lo referencian con una india, y nosotros los afro decimos que es Teta, porque tiene la forma de una mujer negra con unos senos protuberantes).
Esa es nuestra verdad, esa es la verdad a la que seguimos apostando y por eso proyectamos un informe a la Justicia Especial para la Paz (JEP) [4] porque seguimos apostándole a esos sueños que tenemos de paz, porque creemos que nos los merecemos. El viernes vamos a presentar un informe a la Comisión de la Verdad [5], porque seguimos apostándole a la Justicia Transicional que muchos quieren desmembrar y dañar, porque muchos quieren cortar esas alas que las comunidades y las víctimas decidimos continuar, ese es el país que nadie conoce, el país que está al otro lado, que está movido por la guerra, que está movido por los odios, y ese es el país que queremos acabar, a ese es el país al que no le queremos apostar ni uno más, absolutamente nada, ni una gota más de sangre de nuestra gente, de nuestros hijos, de nuestras comunidades. No le queremos apostar ni un peso más, ni un peso más.
Defendamos la Paz (DLP)
Gloria Arias: Buenas tardes para todos y todas, oyéndolos a Uds. y pensando en la pregunta que nos formulan… yo vivo en Bogotá, aparentemente debería ser un territorio más conocido, un territorio que no es tan desconocido en el imaginario de la gente, pero sin embargo creo que aún siendo la capital del país, “el país que nadie conoce” es el que cada uno tiene adentro, el que tiene su vecino. Nosotros estamos muy empeñados en vivir en unas burbujas creando una cantidad de fronteras, unas visibles, otras invisibles, unas reales, otras inventadas, que nos han hecho vivir muy aisladamente los unos de los otros, y no darnos permiso de conocer la verdadera realidad de Colombia. El país que no conocemos es posiblemente el que está en la puerta de junto a nuestra casa y no nos hemos dado permiso de verlo y de sentirlo; es inclusive el que está adentro de nosotros mismos. Muchas veces tratamos de tapar la realidad porque nos parece muy dura, porque nos parece muy triste, porque nos parece que nada de lo que hagamos será suficiente para modificarla; y es muy común la tendencia a pensar que es tan grave lo que nos sucede, que es tan dramática la situación de nuestros líderes, que es tan eterno nuestro conflicto, que nosotros ¿qué es lo que podemos hacer? Y sí es mucho lo que podemos hacer, comenzando por sanarnos a nosotros mismos, comenzando por rescatar al humanismo del último lugar al que lo han ido mandando diferentes oficios, profesiones, intereses de toda índole. Entonces ese país desconocido es el que debemos darnos permiso de sacar a la luz, de sacarlo a relucir, y es el país que esté dispuesto a trabajar por la paz, un país que esté dispuesto a endosarle toda su dedicación, su tiempo, su voluntad su empeño a construir un país libre de violencia.
Nosotros somos capaces de vivir en un país libre de violencia, pero estamos tan encerrados en nuestras propias burbujas de zonas de confort, de comodidad, de lo que ha sido la tradición de vivir, que pensamos que es una tarea demasiado grande, o que es una tarea que le corresponde a otro. Entonces “vivir en paz” es algo que le corresponde garantizar al gobierno que debe hacer todo por nosotros o le corresponde a unos señores comisionados que se fueron a La Habana, o les corresponde a los jefes de X o Y grupo, y personalmente pienso que no es así, el país desconocido está adentro de nosotros y es nuestra obligación sacarlo de lo oscuro. Es nuestra obligación no desfallecer, a veces pasan cosas como las que sucedieron la semana pasada [6], por todos conocidas y uno tiende a desmoralizarse, a decir: Tanto trabajo, tanto esfuerzo, tantos años y volvemos a caer en lo mismo, o está el peligro de caer en lo mismo, y creo que no tenemos tiempo de darle espacio ni de dedicarle minutos ni dedicarle ninguna parte de nuestro pensamiento ni de nuestra voluntad, no se lo podemos dedicar al sentimiento de derrota, al sentimiento de angustia, al sentimiento de frustración. Este país que debemos conocer y debemos re-conocer, nos necesita desde hace mucho tiempo, y no podemos darnos el lujo de desperdiciar o de hacernos los indiferentes. La indiferencia es tal vez una de las peores tragedias que puede golpear a una sociedad, y nosotros con frecuencia caemos en la tentación de la indiferencia, no creo que ni siquiera sea por maldad, muchas veces es por cobardía, pero la cobardía tampoco sirve de nada. Entones la invitación un poco es a romper esas murallas que nos hemos ido creando a lo largo de nuestra vida y empezar a reconocernos a nosotros, a reconocer nuestras propias debilidades, reconocer los pequeños procesos de guerra interna que cada uno tiene, de conflicto interno que cada uno tiene y en la medida de que los podamos ir solucionando, seguramente va a ser mucho menos difícil tratar de acercarnos a los demás. Hacer un esfuerzo enorme por identificar las cosas que nos unen, las cosas que nos hacen parecidos, las cosas que podemos tener en común y no las cosas que nos hacen distintos, no las que nos separan. Siempre habrán cantidades de cosas que nos hagan sentir distintos a los demás, distintas ideologías, distintas corrientes políticas, distintas regiones distintas tendencias, pero ¿Qué nos une? Esta es un poco la filosofía de DLP, que es una plataforma absolutamente plural, en la que estamos más de 2.000 personas de diferentísimas tendencias políticas, religiosas, sociales, ideológicas, pero tenemos un hilo conductor absolutamente imprescindible y fundamental que es la búsqueda de la paz. La construcción de un país libre de violencia. Entonces es ese esfuerzo por centrarnos en lo que nos une y no centrarnos en lo que nos hace distintos y celebrar esa diferencia. Hace poco decía yo en la apertura del capítulo de DLP en Cartagena, que sería terrible un país en el que todos fuéramos iguales, sería de verdad, muy aburrido y muy inútil y muy plano; no hagamos de la diferencia una tragedia, hagamos de la diferencia una fortaleza, porque realmente eso es lo que es. Y cuando tengamos la firme decisión como la tenemos, de sacar adelante la paz, centrémonos en lo que nos une, si nos centramos en lo que no nos une, vamos a pasar otros 60 años, van a pasar otros ocho millones de víctimas, van a volver a pasar todos los muertos que ya hemos tenido. Pensemos que por más dificultades que haya con este proceso de paz, por más que no sea una paz perfecta, cualquier paz por imperfecta que sea es mejor que cualquier guerra; es curioso que se le exija a la paz que sea perfecta, y no se preocupen tanto por las imperfecciones de la guerra, entonces quitémonos un poco esos miedos. No puede ser lógico, no puede ser normal un país que le tenga más miedo a la paz que a la guerra, eso es absolutamente imposible uno intenta explicar esto en otras latitudes y no tiene traducción, no tiene lógica. No podemos por pura costumbre, por que lo que hemos vivido, toda nuestra generación y los que están más jóvenes y sus padres, y hasta de sus abuelos, ha sido un país en guerra. No más. De verdad No más, que no nos asuste la paz, la paz no nos puede asustar, que exige esfuerzos: sí. Que exige sacrificios: sí. Que exige botar a la caneca una cantidad de paradigmas y hacernos un cambio de mentalidad: sí. Pero démonos permiso de volver realidad la ilusión de la paz. Y que no sigamos teniendo países desconocidos, que no sigamos teniendo fantasmas, donde se nos va perdiendo la vida, la ilusión, la esperanza. Porque eso no es lo que nosotrxs tenemos que dejarle a nuestros hijos y nuestros nietos, para que haya valido la pena vivir en este país y en esta época.
CIVIPAZ
Henry Ramírez: Quisiera que Mariela nos contara, por qué se originó CIVIPAZ y qué es CIVIPAZ y yo creo que esa historia es la que nos va a dar respuesta a esa Colombia que no conocemos.
Mariela Rodríguez: Desde CIVIPAZ, desde la zona humanitaria, estoy ubicada en la Casa de la Memoria. CIVIPAZ nació de un desplazamiento masivo que hubo por problemas de violencia en nuestro municipio, sobre todo en la parte alta, donde nos asesinaron, desaparecieron, y torturaron muchas personas. Muchas personas están desaparecidas. En 2002 hubo un desplazamiento masivo, las familias que salimos desplazadas al verlo perdido todo, enseres materiales y también muchas vidas humanas que se quedaron, nos fuimos a diferentes partes del país. A Villaviencio, a Bogotá, a Granada, a diferentes sitios buscando dónde protegernos, dónde huir del enemigo, de los paramilitares y el ejército colombiano. Estando en Villavicencio, al ver la situación que vivíamos, nos unimos 35 familias de las que llegamos ahí a “Villavo” y al ver la situación que vivíamos en cabeza de Reynaldo Perdomo Hite, que fue el que nos ayudó a encontrar esa salida, encontrándose con la Misión Claretiana de Medellín del Ariari, que era el Padre Henry y otros, la Corporación Claretiana Norman Pérez Bello y la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, esas 35 familias comenzamos a reunirnos, a caminar en Villavicencio, digo a caminar porque había que caminar de barrio en barrio para podernos encontrar, muchas personas que no tenían ni para el pasaje lo hacían a pie, en cicla, mirando cómo volvíamos a recuperar nuestro territorio y gracias a estas personas de buen corazón que nos ayudaron, así fue como se creó la organización CIVIPAZ en Villavicencio; nos organizamos para volver a regresar al territorio. Salimos desplazados en el 2002 y al territorio volvimos en el 18 de marzo del 2006, el territorio estaba todo destrozado, todo era un descombro, porque no habían habitantes, las casas estaban ya deterioradas; gracias a la ayuda de estas personas volvimos al territorio a comenzar de nuevo, pero volvimos en medio de los paramilitares que estaban dentro de la región, nos ubicamos en una Zona Humanitaria, terreno que nos donaron unas organizaciones a nivel internacional, y podemos estar acá.
Volviendo atrás, viendo cómo nos asesinaban, cómo acabaron con muchos líderes de nuestra región, por estar defendiendo nuestro territorio, porque el municipio del castillo es un territorio rico en tierras, en aguas, en cultivos, porque había mucha tierra que de todo se daba, todo, el café, el fríjol, el maíz, sin necesidad de abonos, era una tierra muy buena, muy fértil. Por eso el enemigo nos sacó de nuestras tierras, para poder adueñarse del territorio, pero nuestra organización hizo que se cerrara un paso para que no se diera y hasta el momento estamos en la lucha, porque nos han querido privatizar el agua, y está la minería nuevamente en la región, pero con muchas organizaciones que nos han apoyado, hemos puesto una barrera, pero vemos amenazado nuevamente nuestro territorio por la minería.
Hoy en día, por ejemplo, muchas familias ya recuperaron sus bienes, o su tierra, porque sus bienes ya se los habían llevado, entonces están nuevamente en las fincas, trabajando, comenzando nuevamente de cero, el Padre Javier Giraldo es testigo, él estuvo con nosotros trabajando, cosa que le agradecemos mucho en la comunidad, de verdad me alegra muchísimo estar hablando hoy con Uds. escuchándoles también las problemáticas que hay en otros municipios, en otros departamentos, que también estamos pensando que en cualquier momento podemos ser azotados por las amenazas que hay a muchos líderes a los candidatos, a la alcaldía al consejo, entonces todo esto nos preocupa que se vuelva a repetir, aunque nosotros luchamos porque las cosas no se vuelvan a repetir, pero ya hemos visto las noticias en los diferentes municipios, departamentos, en donde están acabando con los líderes, con los campesinos, con los falsos positivos, todo esto nos aqueja y nos preocupa mucho.
Henry Ramírez: Quisiera decir una cosa que me parece importante en términos de historia, pero que estamos viviendo hoy de una manera especial. En la década de los 80 y los 90, El Castillo fue un escenario de exterminio de la Unión Patriótica (UP) de un partido político que surge de un proceso de paz con las FARC; varios candidatos, varios alcaldes de la UP, funcionarios de la Administración Pública, fueron asesinados por paramilitares con toda la complicidad del Estado, de hecho, quien era el comandante de la VII Brigada, el General Cabuya de León, hoy tiene que estar rindiendo indagatoria en la JEP frente a los crímenes cometidos en esta zona. Podemos decir que El Castillo aporta hoy casi el 40% de los militantes de la UP asesinados en todo el departamento del Meta, hoy realmente había pensado compartir otras cosas, pero lo que pasó hoy, o lo que nos hemos enterado hoy nos deja muy preocupados. Pareciera que esta lógica de estigmatizar, de señalar, de enlodar el nombre de los líderes sociales vinculándolos a la guerrilla siguiera siendo un escenario común en la política; quienes en esa época decidieron hacer parte del ejercicio electoral fueron asesinados, hoy también muchos de esos líderes son asesinados y también muchos de esos líderes, apostándo a creer en la democracia (y es ahí el país que nadie conoce) muchos hablan de democracia, pero no existe, y lo digo así, hoy por ejemplo, la candidata a la Alcaldía del El Castillo – Meta, Sonia León Camacho manifiesta a través de las redes sociales que distintas personas de El Castillo la señalan de que si ella llega a la Alcaldía, la guerrilla se toma el poder y que se va a tomar El Castillo otra vez. Afirmaciones de estas son las que escuchamos en los medios de comunicación desde altos mandos militares, desde altos funcionarios, entonces ese es el país que nadie conoce, lo que replican los altos funcionarios en los medios de comunicación es lo que termina replicando mucha gente del pueblo, y termina haciéndole daño a la gente. Ese país que enfrenta a unos y a otros. Esta candidata, por sus miedos, por sus cosas, está ahí… recibió un apoyo de Colombia Humana – UP y hoy, está recibiendo estigmatización. Ese es el país que no conocemos, es el país de la intolerancia, de los odios infundados, por eso que estaba diciendo Mariela, Sonia y que con otros hemos estado denunciando, cómo la minería y la industria petrolera se quiere apropiar de El Castillo para destruir esas fuentes naturales de agua que existen. Entonces ese país que juega hoy a la democracia, que simula hoy la justicia, ese país que simula hoy tener una participación política, está concentrado en unos pocos poderes económicos que son los que hoy, por ejemplo, tienen en control de la vía al llano y la tienen cerrada. Son los que hoy controlan la contratación, no solamente en el Departamento de El Meta, sino en todo el país y tienen el poder. Tienen el poder de la justicia, tienen el poder de perseguir solo a quienes ellos quieren perseguir y dejan libres a otros, es este país que se niega a reconocer que hay una estructura. Y bueno, aquí está nuestro maestro, el Padre Javier, y vemos cómo el paramilitarismo ha sido una estrategia de Estado que se ha enquistado en lo más profundo de las instituciones del Estado, no solamente en los militares, en la justicia, sino que lo vemos en muchas otras esferas de la sociedad donde el paramilitarismo ya no es solamente una doctrina militar sino una doctrina de pensamiento, una doctrina que se ha ganado el corazón de algunos colombianos, y que por eso terminan polarizando este tipo de situaciones hoy nos tienen muy angustiados y que efectivamente, tras una serie de incumplimientos frente a la implementación del Acuerdo de Paz, estamos en un escenario nuevamente y tristemente (no quiero ser profeta de la catástrofe) pero estamos a las puertas de volver a repetir lo de los años 80, creo que las cifras ya nos dan para decir que estamos repitiendo eso con los líderes asesinados.
Red Conceptualismos del Sur (RedCSur)
Fernanda Carvajal: Lo que hemos estado hablando desde la RedCSur, y que también tratamos de plantear en la convocatoria, es que de alguna manera para lxs que vivimos en el cono Sur, y que estuvimos expuestos a proceso de violencia que tuvieron que ver más con dictadoras militares, a veces resulta difícil imaginar lo que significa un conflicto con un nivel de responsabilidad tan fuerte de un Estado supuestamente democrático, y con actores complejos como la guerrilla, el paramilitarismo y el ejército, con las comunidades, que se sostenga en el tiempo por tantos años. Por esto nos parece muy importante tener estos espacios de diálogo porque efectivamente hay un montón de aspectos que es necesario comprender, aproximarnos, escuchar, para poder de alguna manera, generar espacios de acompañamiento, solidaridad y poder transmitir, amplificar esto que Uds nos están contando.
En el cono sur, lo más conocido es la estructura de dictadura, donde pareciera que los actores de alguna manera están más claros. En conflicto colombiano hay un nivel de complejidad de los actores que hace que sea muchísimo más difícil encontrar espacios de articulación, de apoyo, es decir, todo lo que cuentan Uds. en relación con la falta de justicia, de cómo el Estado deja de ser de forma escalofriante, un lugar de interpelación; todo el tema del abandono que Uds señalaln, y a la vez, la fortaleza del tejido comunitario que es muy importante, lo más importante. A todo esto se suma además otro actor, que es el avance económico, extractivista, y cómo desde las comunidades está ese desafío de tener que responder a todas esas diferentes escalas, es decir, cómo relacionarse y defenderse del Estado, de los grupos paramilitares, del avance de estos emprendimientos económicos, que es una situación muy compleja.
Javiera Manzi: Para nosotras esta es una pregunta que nos parecía fundamental, cuál es la intersección entre las distintas violencias, cuando vemos que evidentemente el cruce entre cómo operan las formas de la violencia que trae la guerra y la falta de paz, se cruzan con expresiones específicas más intensivas de violencia que operan específicamente sobre mujeres, comunidades racializadas, sobre pueblos indígenas, y cómo en el fondo vemos que hay ahí un cruce de cuestiones que nos parece muy importante de poder pensar y ver desde las propias comunidades, cómo es que se vive en estos procesos. Para nosotrxs es muy importante abrir estos espacios de escucha en la posibilidad de hacer una campaña de solidaridad, creo que una principal tarea es escuchar a las propias comunidades que están viviendo, luchando, experimentando las formas de violencia y también porque precisamente a lo que nosotras nos dedicamos y lo que investigamos desde la Red, es rescatar experiencias artísticas, estrategias creativas que permitan visibilizar momentos de conflicto, situaciones de crisis, momentos de violencia, y que la única forma de darle sentido es desde un contenido que sea situado, que tenga relación con los proceso que se viven en los territorios, es partir con estos ejercicios que puedan luego hacer que estas estrategias que nosotras estamos pensando desde la gráfica tengan una importancia y puedan responder a una necesidad que contribuyan a superar el cerco mediático, el olvido y la fragmentación.
SEGUNDA PARTE: CÍRCULO DE LA PALABRA.
Jimena Andrade pregunta para el Padre Javier Giraldo: Padre Javier, quiero lanzarle una pregunta en torno al victimario, si nos puede responder ¿quién es el victimario? ¿Cómo opera el victimario? ¿cómo es él? ¿cuáles estrategias se están usando hoy para asesinar a lxs líderxs, Padre? ¿a lxs defensorxs de DDHH y excombatientes? ¿cómo lxs matan? ¿cómo lxs mataban antes? ¿cómo se puede definir la forma de operar del victimario a lo largo de la historia? ¿cuáles son las diferencias entre el hoy y antes en estos términos?
Javier Giraldo: En mi trabajo en el Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política del CINEP-PP durante más de 30 años, he observado que ha habido una metamorfosis del victimario. Al comienzo, a finales de los años 70, el victimario era un agente del Estado oficial, era la fuerza pública la que torturaba, la que mataba, pero sin ninguna clandestinidad, sino que lo hacían a la luz del día, identificándose y también con unas garantías de impunidad porque todos esos casos iban de todas maneras a la justicia militar y allí nunca se condenaba el victimario. Como a mediados de los años 80, cuando la comunidad internacional comienza a intervenir y a preocuparse por esta situación de represión tan terrible, por parte del mismo Estado y de sus mismos funcionarios, entonces el Estado saca un instrumento que tenía ya preparado desde los años 60, comienza a utilizar otro victimario que es el paramilitarismo, que eran cuerpos civiles, que se involucraban con el ejército, pero no aparecían abiertamente como funcionarios del Estado. Había una relación clandestina, era como un brazo clandestino del Estado. El victimario se convierte y asume un nivel de clandestinidad, que consiste en no aparecer ya como un funcionario abierto del Estado, y así persiste durante mucho tiempo asesinando, matando, torturando, desplazando, sin que aparezca oficialmente como actos del Estado, porque son grupos paramilitares. Esto dura durante los 80, los 90 y podríamos decir que con la Constituyente de los 90 y más allá, se lanza una campaña contra el paramilitarismo.
Ya prácticamente en los años 2000, para suprimir la palabra “paramilitar” para que no se vuelva a utilizar la palabra “paramilitar” sobre todo en el gobierno del presidente Uribe, que hace un simulacro de desmovilización de los paramilitares. Se dice que ese fenómeno ya se acabó y que lo que existen son Bandas Criminales, las famosas BACRIM. Se monta esa sigla de las BACRIM y se intenta hacer creer a la comunidad nacional e internacional que es un fenómeno adscrito a la delincuencia común, como Bandas Criminales, sin ninguna relación con el Estado. Sin embargo, los mismos métodos y la misma ideología del paramilitarismo y de los funcionarios del Estado como represores, sigue igual, no cambia nada pero si cambia la imagen del victimario, ahora aparece como un delincuente común, que no tiene ninguna relación con el Estado y pertenece a las famosas BACRIM, y ya cuando se abren los diálogos de La Habana, y cuando se firma el Acuerdo de Paz, aparece un nuevo nivel de clandestinización del victimario, y es lo que estamos viviendo en este momento. El victimario es uno o dos encapuchados que llegan en una moto sin placa, disparan y se van; y no sacan ningún comunicado reivindicando el hecho y justificándolo, como lo hacían antes. Entonces hemos pasado por diversas etapas de clandestinización del victimario, en este momento estamos en el máximo nivel de clandestinización del victimario y es el encapuchado que nadie conoce y del que nadie puede hacer un retrato hablado porque va encapuchado, se pierde inmediatamente y no se identifica ni siquiera detrás de esas cantidades de siglas que inventaron los paramilitares. Sin embargo, los motivos de ese victimario siguen siendo los mismos que los de los años 60 en adelante, que es un victimario que apoya las políticas del Estado, que apoya los grandes empresarios y los grandes proyectos, que se muestra enemigo de todos los movimientos sociales, que se muestra aferrado a una ideología de extrema derecha, de tipo facista, anticomunista, que está persiguiendo a todos los movimientos de protesta y los movimientos sociales y que si ya no lo reivindica en comunicados y a través de siglas que utilizaron en el pasado, sin embargo cuando uno examina, las características de la víctima, en qué estaba comprometida la víctima, qué estaba haciendo la víctima, se puede ver quién es ese victimario. En esta explicación, se denota cómo el victimario se ha ido clandestinizando progresivamente, ahora estamos en el máximo nivel de clandestinización, pero si uno examina las características de la víctima, el compromiso, el trabajo y la actividad de la víctima, uno puede descubrir ahí en el victimario la misma ideología de todas estas décadas pasadas, y lo que se quiere es suprimir los movimientos sociales, lo que se quiere es suprimir las posiciones alternativas.
Javier Giraldo pregunta para Patricia Carabalí: Escuchando lo que habías explicado hace un momento, yo recuerdo que todo el Norte del Cauca lleva muchos años en una lucha y en una cuestión terrible, es una zona terriblemente ensangrentada y por eso aprecio tanto los movimientos sociales y étnicos que se han desarrollado allí en esa región. En este momento yo quisiera saber cómo se está desarrollando el compromiso por la paz, porque yo creo que el Acuerdo de Paz no tocó de fondo las raíces del conflicto armado, que eran sobre todo la tierra y la democracia, y me imagino que en los movimientos sociales que hay en el norte del Cauca, hay alguna manera de promover la desconcentración de la propiedad de la tierra y la participación progresiva de la población en las decisiones. Quisiera escucharte en qué medida los movimientos sociales del Norte del Cauca están buscando esto de la democratización de la tierra y las decisiones.
Patricia Carabalí: Muchas gracias Padre por esta pregunta que es tan importante, porque realmente la tenencia de la tierra en el Norte del Cauca, es un factor neurálgico generador del conflicto, no sólo con los grupos armados sino que también ha generado algunos problemas interétnicos, aquí en el norte, entre afros, indígenas y camposinos, precisamente por la tierra y también obviamente el factor de las multinacionales que son quienes están ocupando la mayor parte de nuestra tierra. El cultivo de la caña de azúcar, está prácticamente por todo el territorio, y esa es la apuesta que tenemos hoy los movimientos del norte del Cauca, en cabeza de los consejos comunitarios. Nosotros, con todo este “proceso de restitución”, el gobierno nos ha podido adjudicar unas tierras tanto a comunidades negras como indígenas.
En el caso nuestro, como comunidad negra, el consejo comunitario Cuenca del Río Cauca y Microcuenca Teta Mazamorrero, tiene una finca precisamente que está invadida por la caña de azúcar, con todas las necesidades de tierra que tenemos las comunidades negras, pero resulta que cuando nos entregaron esa finca, ya había un contrato por 10 años, el dueño anterior y el Estado dejaron ahí ese contrato con vigencia de 10 años. Lo que estamos haciendo es empezar a sembrar el territorio que está libre de caña de azúcar, pero estamos presionando al ingenio para ver qué figura jurídica utilizamos para terminar ese contrato ¿por qué? Primero, porque eso no aporta mucho a las comunidades negras, a los concejos comunitarios, y segundo, porque la gente necesita la tierra, porque no tenemos tierra en el Norte del Cauca, esa es una de nuestras dificultades, entonces, la minería legal e ilegal nos resta territorio, este municipio también es afectado en el norte del cauca con el tema de la minería ilegal, los cultivos a los que se les hace uso ilícito nos resta territorio, y desafortunadamente tenemos que reconocer que hay una gran presencia de cultivos a los que se le hace uso ilícito en el territorio, además están los megaproyectos y las multinacionales con el cultivo de caña, de eucalipto y de pino. Entonces lo que queremos es recuperar esos territorios y que vuelvan a quedar en cabeza de los concejos comunitarios, cabildos y resguardos indígenas, para poder repartirla entre nosotros mismos, y poder asegurar nuevamente cosas tales como el tema de volver a cultivar nuestros cultivos del pancoger, volver a la agricultura tradicional, pero además de ello, asegurar, valga la redundancia, la seguridad alimentaria; volver a tener modelos tradicionales de comercialización entre nosotros, de la mano cambiada, así nosotros vamos a la finca de los otros compañeros y les prestamos la mano de obra por ese día, luego ellos vienen y nos prestan también esa mano de obra, yo creo que tenemos que empezar por nosotros, terminando con los contratos y con cualquier figura que exista, para volver a acomodar nuestra gente en esos territorios.
Patricia Carabalí pregunta a Gloria Árias – DLP: Gloria cómo estás, realmente es a veces desconsolador el panorama que nos espera y que estamos viviendo los líderes y lideresas en el territorio, en el Cauca está bastante crítica la situación para nosotrxs. Tú, desde la capital, qué aporte nos puedes dar a nosotros, lídetrxs para continuar en el territorio, cuál sería esa gran píldora de consuelo o estrategia que podemos desarrollar para poder continuar nuestros trabajos desde el territorio sin tener que salir, sin tener que desplazarnos y abandonar nuestros territorios.
Gloria Arias: Gracias por la pregunta. Te comento que hace un par de semanas, fui a Caloto con Iván Cepeda y con algunas de las personas de la comisión de Paz y me vine con una sensación, te confieso, un poco triste en el corazón, porque tuve la imagen de que muchos están con una enorme melancolía adentro, con una inmensa fortaleza y valor de seguir adelante, pero también con una melancolía que se les ve en las expresiones, en la mirada, en la forma de hablar. Lejos de dar recomendaciones, yo no podría darles una recomendación ni enseñarles nada, pues verdaderamente los valientes son ustedes, quienes están literalmente poniendo el pecho, una apenas se asoma llena de buenas intenciones y de afecto, pero no sería yo capaz de darles recomendaciones, lo único que te podría decir es que no están solos, el mensaje como DLP y yo personalmente como Gloria Arias, es “no están solos” “no sientan nunca que están solos” no sientan nunca que no nos importa lo que les está pasando porque sí nos importa” porque su problema es nuestro problema, porque su solución tiene que salir de un consenso de soluciones de todo el país; entonces es absurdo decir “no tengan miedo”, es completamente ridículo; uno no puede decir desde aquí, sentado en un escritorio, “no tengan miedo”, cuando es allá donde están expuestos directamente a los más crueles ataques de violencia. El miedo es válido. No tengan miedo de tener miedo, eso es válido, lo valiente es precisamente seguir adelante a pesar del miedo, no en lugar del miedo, sino a pesar del miedo. Eso es lo que Uds. están haciendo magistralmente y sientan que no están solos, sientan que tenemos un enorme respeto, una enorme consideración, un enorme deseo de aprender las mejores formas posibles de apoyarlos, de estar con Uds. de acompañarlos y sientan que no están solos, sientan que todo lo que les sucede a Uds. a nosotros nos importa. Yo sé que ustedes pueden decir, ¡Dios mío! Pasan cosas y siguen pasando y nos siguen matando y no reaccionan, créame que a veces, si no reaccionamos más, es porque no sabemos cómo reaccionar mejor, pero aquí se están moviendo muchas cosas para acompañarlos, ayer hubo un debate muy interesante en el congreso, no sé si Uds lo siguieron por televisión, un debate presidido por el Senador Iván Cepeda, precisamente sobre la situación del Cauca, créanme que el Cauca lo tenemos en el corazón, es una cosa que realmente no puede pasar que haya 39 territorios en este país, indígenas que estén al borde de la extinción. Claramente, lo que no podemos hacer nosotrxs es quedarnos quietos y quedarnos en silencio. Entonces sí nos importan, sí lxs tenemos en el corazón, sí lxs tenemos en la primera línea de pensamiento. Estamos cada día tratando de encontrar mejores soluciones para que el acompañamiento tenga cada vez más un impacto real y positivo y realmente seamos capaces de evitar que lxs sigan asesinando.
No se trata de reducir los crímenes a lxs líderxs sociales, no se trata de reducir la cifra para que sean menos, se trata de que no haya ningún otro líder social asesinado, esa es la consigna nuestra, ese es nuestro propósito, nuestra misión y lo que tenemos que sacar delante de la mejor manera posible, créanme que somos muchxs de muy distintas corrientes, de muy distintas ideologías, pero con un propósito común y es proteger la vida de UDs. y defender la paz de este país.
Gloria Arias pregunta a Fernanda Carvajal y Javiera Manzi: Hola, oyendo sobre todo lo que tú decías respecto a la dificultad para entender nuestro conflicto, porque no es fácil la relación entre tantos agentes, es una pluralidad tanto de víctimas como de victimarios muy grande, y por esto creo que la reconstrucción de nosotrxs como sociedad va a ser tremendamente difícil, por esto creo que no podemos perder tiempo. Yo quería preguntarles a Uds. que vienen de una violencia distinta a la nuestra, pero también absolutamente dolorosa y difícil, cómo se ha ido tejiendo, reconstruyendo esa reconciliación, esta capacidad de recomenzar, de perdonarse, para que Uds. hoy no carguen la herencia de los resentimientos, de los odios de los dolores que tuvieron generaciones anteriores, porque esta es una clave que va a ser muy importante para nosotrxs, pues no podemos seguir heredando odios de generación en generación, no podemos seguir repitiendo un discurso de que el mundo está partido en buenos y malos, en victimarios y víctimas y tenemos que empezar a reconstruirnos sin heredar tanta carga negativa. ¿cómo lo han logrado Uds? ¿cómo lo están haciendo?
Fernanda Carvajal: Escuchando tu pregunta, una primera cosa que se me ocurre, es interesante, porque yo soy chilena, pero vivo en Argentina y creo que los procesos de Argentina y Chile son diferentes porque en Argentina ha sido muy importante es el tema de los juicios.
Creo que la reparación y procesar lo que implica la violencia muchas veces lleva más de una generación y claramente no son heridas que se sanan rápidamente, pero creo que los procesos de justicia han sido batallas sociales, jamás el Estado las ha brindado fácilmente, digamos, pero creo que es el primer punto para poder empezar a dialogar, digamos. Y esto por ejemplo, ha sido muy distinto en Argentina y en Chile, creo que eso se nota. Javiera podrá decir su opinión, pero creo que en Argentina sí ha habido un proceso social, que ayudó también a que hubiera un consenso social de rechazo a las dictaduras, no sólo de los afectados (aunque sabemos que hoy en día, con el avance de las derechas hay un avance a su vez del negacionismo), pero yo me atrevería a decir, que por lo menos en los últimos años, el hecho de que se iniciaran estos procesos de juicio y se generara esa legitimidad social, generó otra forma de procesar esto, que sea algo que se discute, que la gran mayoría de la sociedad está informada, y todas las políticas de la memoria, todo lo que han hecho organizaciones como “Madres de Plaza de Mayo” e “Hijos”, me parece muy interesante, porque el hecho de que haya abuelas, madres, hijos, muestra lo que voz decís, una cuestión que es generacional, y que son años lo que tarda ir sanando el trauma, creo que eso es súper importante saberlo, digamos. Eso para empezar, no sé si Javiera querés agregar algo.
Javiera Manzi: Sí, tal cual dice Fernanda, la verdad es que en un país como Chile, la impunidad es básicamente total, no existen juicios, casi todos los crímenes a violaciones a los DDHH realizados en la dictadura y la postdictadura, se mantienen absolutamente impunes, lo que hace que las posibilidades de la reconciliación, en los términos en los que imaginamos, como parte de un proceso de justicia, no se han llevado a cabo dentro del país. Me parece que ese es un énfasis muy significativo, porque en la actualidad aparece la idea de la reconciliación vaciada de sentido cuando emerge como una demanda de sectores que lo que buscan es más bien omitir la falta de justicia histórica que existe. Esta impunidad, en la actualidad se exacerba con algo que nosotras desde la RedCSur hemos visto con mucha preocupación, que es una tendencia hacia el negacionismo histórico, que está sucediendo en toda la región. Incluso hemos visto esto de la manera más terrorífica, no sólo como negación de lo sucedido, sino a veces incluso exaltándolo. Lo que hoy día sucedió, por dar un ejemplo, con los comentarios de Bolsonaro respecto a Bachelet, es un ejemplo donde se evidencia no solamente la posibilidad de decir “no hubo muertos” sino incluso “los hubo y tenía que haberlos”. Eso es básicamente lo que le dice Bolsonaro a Bachelet, respecto de su padre que precisamente fue asesinado en dictadura. Es un debate muy importante. Pero para nosotras la reconciliación está asociada a la justicia. La reconciliación efectiva solamente es posible desde ahí y desde la reconciliación con la memoria histórica, que en un país como Chile es una tarea muy pendiente.
Javiera Manzi y Fernanda Carvajal preguntan a Mariela Rodríguez y Henry Ramírez CMF de CIVIPAZ. Queríamos hacerles dos preguntas. La primera, teniendo en cuenta que es tan difícil el tema de la violencia, que el duelo y la injusticia son tan fuertes, queríamos preguntarles cuáles han sido las experiencias comunitarias de resistencia y saber colectivo que han ido encontrando en estos años del conflicto, qué aspectos de la trama social ustedes rescatan en medio del conflicto e incluso después de la firma del Acuerdo de Paz, como una ganancia de la comunidad digamos, qué aspectos creen que podrían ser inspiradores para las resistencias. Pensamos que lo que está sucediendo en Colombia, tiene mucha resonancia en otros contextos, en Centroamérica, incluso en México, este conflicto en el territorio, la disputa por la tierra es algo que está sucediendo en muchos lugares y así como es necesario entender la estructura de la violencia, nos parece también súper importante rescatar cuáles son los saberes y las estrategias que se han ido pudiendo elaborar. Esa es la primera pregunta.
Mariela Rodríguez: Yo diría las estrategias como organización. La estrategia de habernos organizado y haber llegado a una zona humanitaria, la zona humanitaria es una estrategia muy importante para nosotrxs porque está delimitada por vallas con letreros donde dice que sólo es para población civil, donde no debe entrar gente armada, entonces esto para nosotrxs ha sido una salvedad. También se logró tener medidas cautelares para la organización, entonces eso es una estrategia que nos sirvió mucho, y por ese medio podíamos denunciar, porque anteriormente, cuando ocurrió el exterminio de la Unión Patriótica (UP), no se podía denunciar porque la persona que denunciaba, la asesinaban, entonces ya pasaba lo que pasaba y nadie decía nada, por el temor también a ser asesinado. Entonces, la estrategia como comunidad de llegar a una zona humanitaria, poder tener un diálogo con el Gobierno que nunca nos apoyó, porque el apoyo que tuvimos fue a nivel internacional, y por organizaciones nacionales, pero con organizaciones, no como Gobierno, como Estado. Entonces la estrategia de habernos organizado es muy importante porque desde ahí se comenzó a denunciar los hechos ocurridos de asesinatos, desapariciones, todo lo que había ocurrido, robo, porque se robaron más de 3.000 cabezas de ganado, entre el 2002 y 2004 nos asesinaron 226 personas, entre ellas, muchas que están desaparecidas todavía, que guardamos la esperanza de algún día poderlas encontrar. Entonces esa es una estrategia para nosotrxs, muy importante, y de esa manera nos hemos podido sostener como personas organizadas, y cuando llegamos en el 2006 nuevamente a la región, regresó mucha gente a la región, muchas personas volvieron y se pobló nuevamente el municipio. Entonces esa estrategia es muy importante y se ha tenido en cuenta en otros departamentos también, que ha servido mucho, como ha sido en el Chocó en Cacarica. La experiencia nosotrxs la tuvimos de Cacarica, por Reinaldo Perdomo, como les decía en un inicio, él fue el que encabezó esta organización, pero fue asesinado, a él lo asesinaron el 12 de agosto del 2003, no tuvo la oportunidad de volver con nosotrxs a la región.
Henry Ramírez: Yo lo que creo es que una de las estrategias que ha servido es mantener los niveles de organización comunitaria. Si bien es cierto, lo que intentaron hacer los paramilitares en El Castillo y muchas otras regiones, fue desarticular los procesos organizativos, yo creo que El Castillo ha sido un ejemplo de cómo mantener distintas organizaciones. Hoy El Castillo puede dar cuenta de distintas expresiones organizativas como ATCARI (Asociación de Trabajadores y Trabajadoras del Alto Ariari), Sintragrim (Sindicato de Trabajadores Agrícolas Independientes del Meta), CIVIPAZ (Comunidad Civil de Vida y Paz), Acueductos comunitarios, las Juntas de Acción Comunal, que son una expresión social, pero que también son una expresión de un pensamiento político distinto al pensamiento hegemónico, ese es un nivel de estrategia que se potencia. Luego, otra estrategia fuerte que se ha impulsado en El Castillo es el tema de la memoria. Porque incluso muchos habitantes de El Castillo no alcanzan a dimensionar qué fue lo que pasó y qué es lo que está pasando allá, pero cuando se encuentran y muchos jóvenes y adultos ven el listado de las víctimas, se puede ver y dimensionar que aquí pasó una catástrofe de proporciones altísimas, como ha pasado en muchas regiones, no es El Castillo la excepción, pero digamos que El Castillo ha tenido una experiencia fuerte de organización. El tercer elemento creo que también tiene que ver con nuevos lenguajes, nuevas maneras de expresión política, artística, social, que permite que otrxs vayan llegando. El tema de la minería ha permitido que muchos jóvenes a través del video o de la radio o la fotografía se puedan interesar de estas realidades y asumiendo una posición política, crítica y organizativa.
Javiera Manzi y Fernanda Carvajal preguntan a Mariela Rodríguez y Henry Ramírez CMF de CIVIPAZ: Esta es una pregunta más coyuntural, pero nos parecía que no podíamos dejar de hacerla, y es cómo ver el escenario del proceso de los acuerdos de paz, tras lo que se hizo público en el video de Iván Márquez y los aspectos que esto trajo también desde la respuesta del presidente Duque, de Álvaro Uribe. Para nosotras desde afuera trajo una gran ola mediática del proceso y nos parecía muy importante aprovechar esta oportunidad para escuchar de primera fuente, desde comunidades organizadas, cómo ven este proceso, qué es lo que está pasando.
Henry Ramírez: Yo creo que el video de algunos miembros de las FARC, que participaron en el proceso de paz en La Habana, es la manifestación de una serie de incumplimientos y tristemente, como la repetición de los ciclos. En distintos procesos de paz que se han efectuado en Colombia, los incumplimientos del Estado han sido sistemáticos, reiterativos y estratégicos. No son incumplimientos ocasionales… tipo “¡uy! ¡Se nos pasó!”. No. Yo creo que hay una intencionalidad muy fuerte de que esto pasara, porque si hubo un elemento que el acuerdo, que obviamente tenía sus limitaciones, pero que el acuerdo no tocó, fue la parte del conflicto que era El Estado, y este nunca reconoció su responsabilidad tampoco, ni reconoció la necesidad de transformar las instituciones, ni el desmonte del paramilitarismo, ni el desmonte de una política anticomunista o anti-izquierda. Entonces la respuesta de estos hombres y mujeres que están en el video, pues, digamos, tendría que ser normal. Yo no sé si esa sería la mejor respuesta. Claro, políticamente no sería la más correcta. De hecho, en una columna que yo escribo para El Llano siete días, que saldrá mañana, yo invitaba a Iván Márquez e Iván Duque a que no nos siguieran metiendo en una lógica de guerra, no soportamos más guerra, reconocemos los principios éticos revolucionarios, pero creo que esta guerra nos va a desgastar muchísimo más y no nos va a conducir a nada. Hay razones objetivas, es decir, 700 líderxs asesinadxs, más de 200 combatientes de las FARC asesinados, pero digamos que en este momento, la vía armada, aunque la respeto, no creo que sea la salida que permita recomponer y denunciar este Estado tan corrupto en el que estamos.
Henry Ramírez le pregunta a Germán Graciano Posso de la CDP: Yo casi devolvería la pregunta que nos hacen Javiera y Fernanda, y es, cómo Uds. leen este momento del conflicto armado y cómo la CDP lo dimensiona, sabiendo que Uds. han sido víctimas de ese escenario de guerra todo el tiempo. Cómo ven este momento, cómo lo leen y cómo lo analizan.
Germán Garciano Posso: Gracias Padre Henry, yo creo que la Comunidad de Paz de San José de Apartadó ha tenido la fuerza organizativamente como para mantener esa valentía de un grupo de campesinxs que han decidido organizarse en una Comunidad de Paz neutral en rechazo con todo lo que tenga que ver con actores armados, generalmente ilegales, y para nosotrxs, yo creo que es una coyuntura política; hemos pasado por momentos muy difíciles en muchos gobiernos de turno, especialmente el gobierno de Uribe; creo que tenemos en esta situación actual, en este nuevo gobierno de Duque que es prácticamente el gobierno de Uribe, tenemos un escenario muy fuerte, muy peligroso, especialmente para las organizaciones sociales, las comunidades indígenas y campesinas en un tema de control estratégico del paramilitarismo, que desde décadas y años ha existido el paramilitarismo (como mencionaba el Padre Javier, hay una historia de paramilitarismo), y ha tenido esa fuerza de organizar el paramilitarismo en una estrategia armada para callar muchas voces, entonces para nosotrxs la coyuntura que está viviendo el país es supremamente peligrosa, bastante preocupante para las víctimas, para la comunidad de paz de San José de Apartadó. En estos momentos, en la región de Urabá, tenemos es un incremento del paramilitarismo, un incremento de muchos jóvenes reclutados, especialmente en la zona de San José de Apartadó, siendo menores de edad, y por esto es tan peligroso lo que se vive con este nuevo rearme, supuestamente, de las FARC.
Para nosotros, el desafío es cómo formar nuevas generaciones en un presente y futuro. Cómo distinguir estas coyunturas políticas que se están dando a través del gobierno de turno, en este caso del gobierno de Duque que apuesta más bien a la guerra. Y eso tiene que ver mucho con un incumplimiento de los acuerdos de paz de La Habana entre la Guerrilla de las FARC y el gobierno colombiano. Donde no se firmó realmente una paz verdadera, respondiendo a una sociedad civil, a un país victimizado como lo es Colombia durante décadas, sino que se firmó una paz más bien respondiendo a intereses económicos del modelo opuesto para muchas regiones de Colombia; y es por esto que hoy, con muchas preocupaciones nosotrxs las víctimas, las comunidades, vemos muy lejos esa reconciliación verdadera, ese anhelo de conocer esa verdad entre los dos actores. Es muy importante para que las nuevas generaciones no sigan viviendo lo que hemos vivido durantes estas muchas generaciones, la pérdida de los familiares y sin tener real conocimiento de los responsables. Hoy los responsables gozan de plena libertad, gozan de las mejores mansiones en Colombia y a nivel internacional, por eso cada vez el anhelo de distinguir la problemática de Colombia, la guerra que se camufla a través de unos intereses económicos. Soñamos con una fuerza organizativa de las comunidades indígenas y afro, con tener derecho a vivir y derecho al territorio colectivo, como ha sido la búsqueda de muchas comunidades en el país, porque sólo por esas dos cosas nos siguen asesinando.
Para cerrar, es muy importante que el país a nivel nacional, a nivel internacional, comience a acompañar mucho más de cerca, cada vez más este proceso de paz que se ha firmado en La Habana, que por una u otra razón, estamos convencidos que las armas no son la solución a la paz.
La solución a la paz somos estas personas de población civil que le apostamos sin ningún interés a dar la vida por las comunidades, por el territorio y que realmente hemos visto que si las armas fueran la solución a la paz, no se hubiera firmado un Acuerdo de Paz, y muchos acuerdos a nivel de muchos años atrás. Por eso para nosotros es muy importante que se de una apuesta con el Gobierno nacional, para tratar de corregir, de tener una mirada de una verdadera reconciliación, donde las víctimas seamos los que propongamos cómo debe ser una reconciliación verdadera, con una responsabilidad del Gobierno colombiano, con todo lo que tiene que ver con la responsabilidad que ha tenido y que sigue teniendo, de realmente no aceptar, no reconocer el incremento del paramilitarismo en Colombia, no reconocer el desmonte del paramilitarismo, el paramilitarismo sigue ahí, por esto las muertes se incrementan y pero se invisibilizan a nivel internacional más los asesinatos que está padeciendo el país, y es de acuerdo a una estrategia política del gobierno de Uribe. Muchas Gracias.
Mariela Rodríguez pregunta a Germán Graciano Posso de la CDP: ¿Qué estrategias podemos usar para poder continuar con este proceso de paz y seguir haciendo frente a este desorden que hay de asesinatos a los líderes campesinos?
Germán Garciano Posso: Gracias Mariela, yo creo que esta estrategia de las comunidades y a nivel del país, de cómo tratar de acceder a la verdad, de cómo con las comunidades incluso ayudar a combatir esa impunidad a través de todo este negocio que se está dando en Colombia a través de las víctimas, se sabe a nivel nacional e internacional que se está comprando la conciencia de muchas organizaciones sociales en Colombia y que también es una estrategia política que le permite al victimario, al poderoso tener el control de muchas comunidades en el país a través del dinero. Todo lo que tiene que ver con los acuerdos, el tema de la restitución de cultivos ilícitos, el tema de la reforma agraria integral, el tema de tener acceso a una educación, a una salud y que hoy no la tenemos, por eso es vital mantener la autonomía de las comunidades para poder aguantar.
Notas
- [1] Reemplazo de bosques por potreros para explotación ganadera.
- [2] Las Zonas Veredales Transitorias de Normalización ZVTN fue el nombre que le puso el Gobierno Nacional colombiano a las zonas que en 2016, tras la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno Colombiano t las FARC-EP, albergaron a los excombatientes que se encontraban en la clandestinidad, para, principalmente, garantizar la dejación del 100% del armamento, como garantía de la firma del acuerdo. Para más información ver aquí.
- [3] Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación ETCR fue el nombre que el gobierno colombiano le dio a las ZVTN, espacios en donde se asentaron los excombatientes, después de la dejación de armas y de que se cumpliera el plazo de dejación de armas.
- [4] “La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) es el componente de justicia del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición, creado por el Acuerdo de Paz entre el Gobierno Nacional y las Farc-EP. La JEP tiene la función de administrar justicia transicional y conocer de los delitos cometidos en el marco del conflicto armado que se hubieran cometido antes del 1 de diciembre de 2016. La existencia de la JEP no podrá ser superior a 20 años.” Tomado de: https://www.jep.gov.co/Paginas/JEP/Jurisdiccion-Especial-para-la-Paz.aspx
- [5] “En el marco del Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, suscrito entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo FARC -EP, mediante el Acto Legislativo 01 de 2017 y el Decreto 588 de 2017, se creó la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, como un mecanismo de carácter temporal y extrajudicial del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición – SIVJRNR, para conocer la verdad de lo ocurrido en el marco del conflicto armado y contribuir al esclarecimiento de las violaciones e infracciones cometidas durante el mismo y ofrecer una explicación amplia de su complejidad a toda la sociedad.” Tomado de: https://comisiondelaverdad.co/la-comision/que-es-la-comision-de-la-verdad
- [6] Se refiere al anuncio del rearme el 29 de agosto de 2019), de un grupo de disidentes de las FARC, ante el incumplimiento por parte del gobierno de la implementación del Acuerdo de Paz. https://www.youtube.com/watch?v=tGFVuxpV9EI
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